Evolución de la IA y la Naturaleza de la Mente

En el tejido de la era digital, emerge como la síntesis de la mente y la máquina. A través de algoritmos complejos y redes neuronales, despliega su capacidad para aprender, adaptarse y resolver problemas con una eficiencia sin precedentes.
Esta es, la era de la «Inteligencia Artificial (IA)», donde, su influencia permea todos los ámbitos de la sociedad, prometiendo no solo revolucionar nuestras tecnologías, sino también expandir los límites de nuestro entendimiento.
- Evolución de la IA: Más allá de las calculadoras
- La pregunta crucial: ¿Pueden pensar las máquinas?
- Conciencia: Un enigma multifacético
- Desarrollo de la conciencia desde el lado de la Filosofía
- Desarrollo de la conciencia desde el lado de la Neurociencia
- Era posible crear una máquina pensante?
- La Prueba de Turing: Un Hito en la Inteligencia Artificial
- ¿Puede la mente habitar una máquina?
- La IA: ¿oportunidad o amenaza para el futuro?
- Conclusiones
- Referencias
Evolución de la IA: Más allá de las calculadoras
Lo que en la década de 1950 se consideraba IA (una simple calculadora capaz de realizar divisiones) hoy parece rudimentario. La IA moderna va mucho más allá, imitando la "inteligencia" humana en tareas como el reconocimiento de sonidos y objetos, la resolución de problemas complejos y la comprensión del lenguaje natural.
La pregunta crucial: ¿Pueden pensar las máquinas?
Si la IA puede imitar las funciones cognitivas, la pregunta de si las máquinas pueden "pensar" se vuelve inevitable. ¿Qué significa que una máquina "piense"? ¿Poseen las máquinas una “mente” similar a la humana? ¿Cómo podemos discernir entre la simulación y la conciencia genuina? ¿Acaso las máquinas adquieren conciencia?
Conciencia: Un enigma multifacético
¿Qué significa pensar? Una pregunta que ha intrigado a filósofos, científicos y personas comunes durante siglos. La respuesta, sin embargo, no es sencilla. El concepto de "pensar" está intrínsecamente ligado a la "mente", un término que varía en su definición dependiendo de la disciplina que lo aborde:
- Psicología: Para los psicólogos, la mente es un conjunto de procesos cognitivos, emocionales y conductuales que nos permiten interactuar con el mundo.
- Neurociencia: Desde la perspectiva neurocientífica, la mente es el resultado de la actividad del cerebro, una compleja red de neuronas que procesa información y genera respuestas.
- Filosofía: La filosofía se pregunta por la naturaleza de la mente y su relación con el cuerpo. ¿Son dos entidades separadas o una misma cosa? ¿Es la mente capaz de existir independientemente del cuerpo?
- Teología: La teología introduce la dimensión espiritual de la mente, vinculándola al alma y a la idea de un ser superior.
- Informática: La informática busca crear máquinas que puedan pensar como los humanos, desarrollando inteligencia artificial capaz de imitar nuestros procesos cognitivos.
Tanto en el diccionario Merriam-Webster como en el Oxford, la mente se define dentro de la “conciencia”.
Entonces, ¿Qué es la conciencia? La conciencia es la capacidad de ser consciente de uno mismo y del entorno. Es la experiencia subjetiva de la realidad, el "yo" que observa y siente.
Desarrollo de la conciencia desde el lado de la Filosofía
En muchos escritos de Platón, Sócrates exhorta: "Conócete a ti mismo", transmitiendo la idea de que, para mejorar y tomar decisiones correctas, es necesario comprender, en primer lugar, nuestro propio carácter.
En tiempos pasados, estas características especiales de la consciencia llevaron a muchos filósofos a adoptar una perspectiva monista y dualista. El monista sostiene que la mente (ideas) y el cuerpo (materia) son aspectos inseparables de una misma realidad, en contraposición al dualismo que los considera entidades separadas.
Imagina que tienes un programa de computadora. El monista argumentaría que la mente (el software) y el cuerpo (el hardware) son aspectos inseparables de esta realidad. Según esta perspectiva, no puedes separar la funcionalidad del programa de la máquina que lo ejecuta; ambos son parte de la misma entidad. En contraste, el dualista sostendría que la mente es como un programa independiente que puede ejecutarse en diferentes tipos de hardware, lo que implica una separación entre mente y cuerpo.
Para Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, la mente es como un iceberg, con la mayor parte de sus funciones sumergidas en el inconsciente. Freud concebía la conciencia como la "Superficie del Aparato Mental", proponiendo tres estructuras psíquicas: el yo, el ello y el superyó, que interactúan de forma dinámica para determinar nuestro comportamiento.
El "yo" tiene dos partes: una parte consciente, que está activa y en contacto con el mundo exterior, recibiendo información sensorial, y una parte preconsciente, que está debajo de la superficie y procesa información de forma inconsciente, pero puede acceder fácilmente a la conciencia. Las partes inconscientes del yo trabajan para reprimir los impulsos instintivos del "ello", que son los impulsos básicos como los sexuales y los de agresión. Además, el yo también está influenciado por el "superyó", que representa los valores y normas morales, aunque esta influencia no siempre es consciente. ¿Si me siguen?, bueno, hagámoslo de una mejor manera.
Imagina que tu mente es como una sala de control con tres personajes principales: el "yo", el "ello" y el "superyó":
- El "yo" es como el capitán de tu barco. Es consciente de lo que sucede a su alrededor y toma decisiones basadas en esa información.
- El "ello" es como tu lado instintivo. Quiere cosas como comida, afecto o sentirse poderoso, y a veces puede ser un poco impulsivo.
- El "superyó" es como tu conciencia moral. Te dice qué está bien y qué está mal según las reglas y normas que has aprendido.
Ahora, el "yo" tiene dos partes: una que está despierta y presta atención a lo que está sucediendo afuera (consciente), y otra que trabaja en segundo plano y recuerda cosas que no estás pensando activamente en ese momento (preconsciente).
A veces, el "yo" tiene que lidiar con los deseos del "ello", pero también escucha las instrucciones del "superyó". Esto puede ser un poco complicado porque a veces no todas estas partes están de acuerdo entre sí.
En resumen, el "yo" trata de equilibrar lo que quieres, lo que necesitas y lo que está bien, todo mientras navegas por la vida.
Desarrollo de la conciencia desde el lado de la Neurociencia
La neurociencia, al abordar la mente como el conjunto de operaciones del cerebro, se adentra en un terreno donde la conciencia es entendida como una Función Cerebral.
A través de investigaciones, se busca identificar los mecanismos nerviosos que subyacen a la experiencia consciente. Estudios de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional (fMRI) y la electroencefalografía (EEG), han proporcionado evidencia sobre las regiones cerebrales implicadas en la generación de la conciencia.
Se ha observado que la actividad neuronal sincronizada en áreas corticales específicas está asociada con la experiencia consciente, sugiriendo que la integración de la información en el cerebro es crucial para la generación de la conciencia unificada. Además, investigaciones en neurociencia cognitiva han revelado que la conciencia no es un fenómeno estático, sino que involucra procesos dinámicos de representación y procesamiento de información en el cerebro.
La teoría de la información integrada (TII), propuesta por Giulio Tononi, sugiere que la conciencia emerge de la capacidad del cerebro para integrar y procesar información de manera global y coherente. Según esta teoría, la medida de la información integrada, conocida como "phi" (Φ), puede ser utilizada para caracterizar diferentes estados de conciencia y distinguir entre estados conscientes y no conscientes.
Era posible crear una máquina pensante?
En la década de 1830, matemáticos, ingenieros, científicos empezaron a experimentar, con la esperanza de construir máquinas capaces de hacer los mismos cálculos que los “computadores” humanos.
La matemática inglesa Ada Lovelace y el científico Charles Babbage inventaron una máquina llamada Máquina Diferencial y luego postularon una más avanzada, Máquina Analítica, que usaba una serie de pasos predeterminados para resolver problemas matemáticos.
George Boole y el álgebra booleana
Unos kilómetros al norte de donde trabajaban Lovelace y Babbage en la Universidad de Cambridge, un joven matemático llamado George Boole dedicó gran parte de su vida a la lógica del pensamiento humano. Su trabajo condujo al desarrollo del álgebra booleana, una forma de simplificar expresiones lógicas utilizando símbolos y números. Esta herramienta se aplica ampliamente en el diseño electrónico.
Tuvieron que pasar cien años para que alguien comprendiera que la lógica y la probabilidad booleana podrían ayudar a las computadoras a evolucionar.
El salto a las máquinas pensantes
El salto de las máquinas pensantes teóricas a los computadores que imitaban el pensamiento humano se produjo en la década de 1930 con la publicación de dos ensayos pioneros:
- "Análisis simbólico de circuitos de conmutación y relés" de Claude Shannon.
- "Sobre números computables, con una aplicación al problema de la decisión" de Alan Turing.
"Las interpretaciones respectivas de los símbolos 0 y 1 en el sistema de lógica son Nada y Universo".
-George Boole
Shannon y la teoría de la información
Shannon, considerado el padre de la teoría de la información, fue instado por su profesor Vannevar Bush a mapear el álgebra booleana en circuitos físicos. Bush había construido una versión más avanzada de la máquina analítica de Lovelace y Babbage, llamada Analizador Diferencial.
Shannon demostró en su tesis que las aplicaciones electrónicas del álgebra booleana podían construir cualquier relación lógico-numérica. Descubrió que las computadoras tenían dos niveles, el físico (contenedor) y el lógico (código).
Alan Turing y la Máquina Universal
Si bien Alan Turing es reconocido como el padre de la computación, su mente inquieta lo llevó a explorar otros campos, como la búsqueda de un lenguaje universal. Influenciado por el trabajo de Gottfried Leibniz, Turing se propuso crear un sistema que pudiera representar todo el conocimiento matemático y científico.
A grandes rasgos, Alan Turing demostró que no puede existir un algoritmo que determine si una afirmación matemática arbitraria es verdadera o falsa. En el proceso, también descubrió un modelo matemático para una máquina computadora de usos múltiples, la Máquina Universal de Turing.
Este descubrimiento revolucionó el campo de la computación. Antes de Turing, se consideraba que la máquina, el programa y los datos eran entidades independientes. Sin embargo, Turing demostró que los tres están inextricablemente unidos desde un punto de vista mecánico. La lógica que opera los circuitos y los interruptores de la máquina puede codificarse en el programa y los datos.
En cierto modo, la Máquina Universal de Turing prefiguró la naturaleza de los computadores modernos. El contenedor (la máquina), el programa y los datos forman una identidad singular, similar a la de un ser humano, contenedor (nuestro cuerpo), programa (funciones celulares autónomas) y los datos ( El ADN, combinado con la información sensorial directa e indirecta).
La Máquina Universal de Turing no solo sentó las bases para la computación moderna, sino que también nos brindó una metáfora poderosa para comprender la naturaleza de la vida misma.
La Prueba de Turing: Un Hito en la Inteligencia Artificial
En 1943, Warren McCulloch y Walter Pitts, investigadores en psiquiatría de la Universidad de Chicago, publicaron un documento crucial titulado "A Logical Calculus of the Ideas Immanent in Nervous Activity". En él, describían un tipo único de sistema que modelaba las neuronas biológicas como una arquitectura neuronal simple de redes para la inteligencia. Esta arquitectura dependía de que los contenedores, los programas y los datos estuvieran interrelacionados, tal como sostenía Turing. Si los contenedores se diseñaban con una elegancia similar y eran capaces de procesar datos, se podría crear una “máquina pensante”.
La idea era simple: si se modelaba la parte humana del pensar, el cerebro, se podría crear una máquina pensante. Estos autores postularon una teoría computacional moderna de la mente y el cerebro llamada "red neuronal". En lugar de ver la máquina como un hardware y el programa como un software, imaginaron un nuevo tipo de sistema simbiótico capaz de ingerir enormes cantidades de datos, tal como lo hacemos los humanos.
En ese momento, Turing estaba trabajando en un concepto para una red neuronal hecha con computadores con una arquitectura en la que los programas se almacenaban.
En 1950, un artículo publicado en la revista de filosofía Mind, Turing abordó las cuestiones planteadas por Hobbes, Descartes, Hume y Leibniz. Allí, Turing propuso una teoría y una prueba o test: «Si algún día un computador podía responder preguntas de una manera que no se distinguiera de la respuesta de los seres humanos, podríamos hablar del "pensamiento" de la máquina». Es probable que los lectores conozcan este artículo por su nombre: La Prueba de Turing.
La Prueba de Turing ha sido un hito en el campo de la inteligencia artificial. Aunque ha sido criticada por ser demasiado antropocéntrica y por no tener en cuenta otras formas de inteligencia, sigue siendo una referencia importante en la investigación de la IA. La prueba ha inspirado a muchos investigadores y ha impulsado el desarrollo de sistemas de IA cada vez más sofisticados.

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¿Puede la mente habitar una máquina?
Desde el "monje mecánico" de Juanelo Turriano en el siglo XVI hasta los robots de última generación, la búsqueda por crear máquinas cada vez más complejas y "autónomas" ha fascinado a la humanidad. La IA moderna nos acerca a ese ideal utópico, pero aún queda un largo camino por recorrer para comprender la esencia de la mente y determinar si las máquinas pueden alcanzar una verdadera conciencia.
Cuando usamos dispositivos como Google Home o Alexa para encontrar un restaurante, tanto el sistema como nosotros somos conscientes del intercambio sobre la comida. Aunque Alexa nunca haya sentido la textura de una manzana crujiente en los dientes o la efervescencia de las burbujas de la soda en la lengua, ni haya experimentado la acidez o la viscosidad, si le pedimos que describa las cualidades de esos alimentos, ofrecerá detalles similares a nuestras experiencias.
Por ahora, Alexa no tiene una boca, entonces ¿Cómo podría percibir la comida como la percibimos los humanos? Cada persona tiene una biología única, con glándulas salivares y papilas gustativas distribuidas de manera única. Sin embargo, hemos "aprendido" qué es una manzana y cuáles son sus características de sabor, textura y olor.
A lo largo de la vida, reconocemos objetos a través del aprendizaje. Si vemos una representación en blanco y negro y en dos dimensiones de una manzana, sabemos lo que es, aunque falten el sabor, el olor, la textura y otros datos que nos indican al cerebro "esto es una manzana".
Por lo tanto, si Alexa es competente, ¿es inteligente? la manera en que los humanos y los sistemas de IA aprendieron qué es una manzana se parece más de lo que podríamos imaginar.
Si nosotros observamos el mundo para comprenderlo y para poder evolucionar, la inteligencia nos ha permitido forjar herramientas para comprender lo pequeño y lo infinitamente grande.
Es los mismo que pasa con la IA, siendo una amalgama de miles de años de estudios, desde filósofos y matemáticos hasta científicos, expertos en robótica, artistas, teólogos y muchos más, que han contribuido a este sistema a través de una retroalimentación de aprendizaje.
La noción de que algún día la mente humana pueda ser recreada se convierte cada vez menos en una cuestión de ciencia ficción. Isaac Asimov escribió en 1967 que “La única diferencia entre un cerebro y una computadora se puede expresar en una sola palabra: complejidad. Si La Mettrie viviera hoy, probablemente sacaría la misma conclusión sobre la inteligencia artificial, tal como vio la diferencia entre el intelecto animal y humano basándose únicamente en la complejidad del cerebro.
Lo que hace que la IA sea simultáneamente fascinante y aterradora es su ilimitación. Mientras que nuestros cerebros están limitados por materia gris orgánica, el “cerebro” de una computadora está limitado únicamente por la cantidad de circuitos en el chip y la velocidad del procesador, los cuales están en constante desarrollo. Con sólo estas limitaciones materiales, Asimov sostiene que es cuestión de tiempo antes de que las computadoras repliquen el cerebro humano
La IA: ¿oportunidad o amenaza para el futuro?
El dominio en el ámbito de la inteligencia artificial se está convirtiendo en un campo de competencia entre diferentes potencias globales. Estados Unidos, con su liderazgo histórico en tecnología y desarrollo empresarial, ha sido un impulsor clave en este campo. Sin embargo, China está emergiendo como un competidor formidable, respaldado por una fuerte inversión estatal y un enfoque estratégico en la IA como parte de su ambicioso plan de desarrollo tecnológico. Europa también desempeña un papel importante, con iniciativas de investigación y regulación centradas en la ética y la protección de datos.
Además de estos actores principales, los "nueve gigantes" tecnológicos, como Apple, Facebook, Google, Amazon, Microsoft, IBM, Alibaba, Baidu y Tencent, ejercen una influencia significativa en la dirección y aplicación de la inteligencia artificial.
La competencia por el control de la IA plantea importantes preguntas sobre la ética, la regulación y el poder geopolítico. En última instancia, el futuro de la inteligencia artificial podría estar determinado por la interacción compleja entre los intereses corporativos, los imperativos geopolíticos y las preocupaciones éticas y sociales.
Conclusiones
En la era digital, la inteligencia artificial fusiona mente y máquina, desafiando nuestra comprensión de lo que significa pensar. Metáforas como la "sala de control" de la mente exploran su complejidad. La Prueba de Turing ha sido un hito en este campo, inspirando investigaciones y debates. La competencia global por el dominio en IA plantea interrogantes éticos y geopolíticos. La IA representa una oportunidad y una amenaza para el futuro, con su capacidad para impulsar la innovación y sus preocupaciones sobre el control y la privacidad. Cómo enfrentemos estos desafíos determinará su papel en el mundo en desarrollo.
Referencias
Kandel, E. R., Schwartz, J. H., Jessell, T. M., Siegelbaum, S. A., & Hudspeth, A. J. (2012). Principles of neural science (5th ed.). New York: McGraw-Hill.
Amy Webb (2019). The Big Nine: How the Tech Titans and Their Thinking Machines Could Warp Humanity (1th ed.). New York: Public Affairs.
CIENCIA SIN LÍMITES
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Editor: SomosCiencia
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